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La revisión periódica de tu vehículo garantiza el buen mantenimiento del aire acondicionado de tu coche. ¡No te saltes ninguna visita a tu taller!


 

 

Seguro que te ha pasado alguna vez: un día normal pones el aire acondicionado del coche y un mal olor empieza a adueñarse del vehículo. Un olor de estas características, que no procede del exterior del coche, sino del propio sistema del mismo, es un condicionante que no favorece en nada la conducción.

No es aconsejable viajar con un olor que puede incomodar tanto al conductor como a sus pasajeros y que incluso puede repercutir negativamente en una conducción segura. Por este motivo, es conveniente realizar un buen mantenimiento del aire acondicionado de nuestro coche.

En esta época del año, además, el calor empezará a traducirse en malos olores o brotes de alergia en el vehículo, así que más que nunca debemos saber no solo cómo evitar los malos olores en el coche, sino también cómo podemos prevenirlos.

 

<LOS REMEDIOS PARA EVITAR OLORES DESAGRADABLES EN EL AIRE ACONDICIONADO DEL COCHE>

 

El truco de la calefacción

El aire acondicionado a menudo genera una condensación de agua que se puede transformar en humedad, lo que a su vez puede desencadenar la aparición de moho o bacterias. Un pequeño truco para evitar esta situación nada saludable, y un tanto desagradable, es encender puntualmente la calefacción: no se creará esa condensación causante del moho. Enciéndela al menos cinco minutos una vez al mes antes de arrancar el coche. Tampoco olvides darle un uso esporádico -cuanto menos- al aire acondicionado, puesto que los fluidos circulan al activar el compresor y así se reduce el riesgo de una obstrucción del sistema.

El cambio de filtro de partículas

En algunos casos, la raíz del problema no es la humedad en el interior del sistema, sino la suciedad acumulada en el filtro de partículas del aire acondicionado. Este filtro cumple la función de retener los microorganismos y las partículas perjudiciales para la salud que se introducen en el sistema. No obstante, esta acumulación de residuos puede producir un mal olor. La solución, en este caso, es cambiar el filtro. Cabe recordar que, como norma, el cambio de filtro de aire debe realizarse cada 10.000 o 20.000 kilómetros; y el filtro de polen, cada 20.000 kilómetros, también según las indicaciones de la marca fabricante y los lugares donde el coche acostumbra a circular.

 

La potencia del aire acondicionado

Si se enciende el aire acondicionado a máxima potencia, la condensación aumenta, así como las posibilidades de que se acumule la humedad en el sistema del coche. La recomendación en este sentido es simple: no poner el aire acondicionado a su máxima potencia. Por otro lado, en los días de verano, cuando entramos en el coche y está a una temperatura elevada, no es recomendable encender el aire inmediatamente. Mejor baja las ventanillas, o abre las puertas de par en par si estás estacionado y tienes suficiente espacio. El coche rebajará su temperatura, se renovará el aire y en ese momento sí podrás encender el aire proporcionándote una situación más beneficiosa para la conducción y sin poner en riesgo el estado de tu vehículo.

Desde SPG Talleres siempre recomendamos la revisión periódica del coche, que no solo es la garantía de que no se produzcan estas situaciones, sino que también nos aseguran que no se desencadenan daños mayores para nuestro vehículo.

Los productos ambientadores no pueden ser una solución ni la respuesta que debemos dar ante un problema así; de hecho, en muchos casos, solo conseguiremos mitigar el olor levemente y sin por supuesto solventar el problema.

Está bien que nuestro coche huela a coco o vainilla, pero mejor si lo hace estando en condiciones óptimas porque cumplimos con las visitas obligadas a nuestro taller de confianza para certificar el buen mantenimiento del coche.


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